Biblioteca - Fundación Universitaria CIEO

La más importante profecía de este libro ya se está cumpliendo. Detengamos el descenso del ser humano, conociendo los propios dones como así mismo los dones que poseen los demás. Todos pertenecemos igualitaríamente a este gran todo indivisible que es la humanidad y tenemos la obligación de sentimos integrantes de ella, como hijos de Dios, creados a su imagen y semejanza. En este conocimiento está nuestro poder y la solución para detener nuestro descenso. Preparémonos para el ascenso del ser humano, convenciéndonos plenamente de la necesidad que cada uno tiene de los demás. Vivir el Amor es el único Ascenso, porque sólo Amor eliminará poco a poco el egoísmo, permitiéndonos considerar la importancia que tienen los demás para nuestro propio ascenso. Sólo cuando nos amemos los unos a los otros, entonces se cumplirá la verdadera profecía: amarnos como Dios nos ama. Si llevamos a la práctica estas reflexiones, podemos dar y recibir energía positiva, que es lo mismo que generar y recibir amor.